En el corazón de la mitología nórdica se alza Yggdrasil: el fresno eterno, columna vertebral del cosmos. Sus raíces tocan lo más profundo de la creación, donde serpientes antiguas susurran verdades, y sus ramas acarician los cielos, donde los dioses escriben el destino.
Este colgante, Raíces de Midgar, es un vínculo. Se inspira en antiguas tablillas encontradas en la región de Hålogaland, al norte de Noruega, donde se halló la representación más completa del árbol sagrado, flanqueada por runas de protección.
En su reverso yace el Ægishjálmur, el “yelmo del terror”, tallado por guerreros berserker antes de entrar en batalla. No como defensa, sino como sello de su voluntad indomable. Llevado juntos, estos dos símbolos representan el equilibrio entre sabiduría y coraje, raíces y dirección, protección y decisión.